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19/08/11

El Padre nuestro Artigas en Brecha

Presenta: HUM

Prócer para todo servicio

Sofi Richero. Viernes 03 de Junio de 2011. Brecha. http://www.brecha.com.uy/cultura/item/8565-procer-para-todo-servicio?pop=1&tmpl=component&print=1


La nación que tiene por prócer a un exiliado, el héroe ubicuo que respiró 30 años en Paraguay al amparo de ese ibirapitá confundido del que después se arrimó un gajo; la nación indómita del hombre que jamás perforó un mapa así, esa cosa de la errata o del azar en el inicio de la nación, con el destino imperfecto tan proclive al chiste y la vergüenza, y porque de la vergüenza nace el chiste; esa forma del relato que desfigura todos los esfuerzos sin anularnos, el relato de todo lo esquivo y de lo equívoco… De todo eso incómodo habla este ensayo en fotos.* Una serie de 20 dípticos en la que el fotógrafo Martín Atme tensa el movimiento mientras el semiólogo Fernando Andacht escribe y circunvala.

“Prócer para todo servicio” es un título provisorio de Fernando Andacht, uno entre los múltiples en este libro. Parece tan justo después y antes, en la foto, bajo el busto, en el cartel que sólo dice: “Portero”. Son dos fotografías juntas en el blanco, en la página o luz, en esos “cuadros” hechos del diálogo íntimo de dos motivos de Artigas y lo que venga a continuación, sin permiso, para rastrear el itinerario de la iconografía de El Padre Nuestro Artigas a lo largo del tiempo, o en los tiempos a un tiempo, según la sincronía.

A las fotos de Atme se agregan los textos de Andacht, el semiólogo. Su jerga es naturalmente semiótica, lo que en principio podría disuadir a algunos lectores. La terminología técnica encuentra, sin embargo, un espacio agudo y amable en este espacio. Artigas está en todas partes y en ninguna, dado el problema ese del principio y del complejo; el semiólogo encuentra un “régimen de saturación icónica” en todos los sitios y paisajes de este límite oriental, por lo que de este modo, de todos modos, se buscará enmendar la anomalía esa. Y es que hubo una gran falta de imagen en sentido estrictamente testimonial: de resultas de una cierta carbonilla de Alfred Demersay, médico francés que se regodeó con el perfil del héroe en el exilio paraguayo, viene todo lo que luego tan raro crecería. El arte de Juan Manuel Blanes, de Pedro Blanes Viale y de Carlos María Herrera, y el de José Luis Zorrilla de San Martín, el de Ángel Zanelli y Federico Soneira. Ahí se encuentran, intranquilos, algunos de los motivos fisonómicos del rostro fundamentalmente ausente de ese hombre al que decidieron hierático y vindicadamente aguileño.

Los dípticos de Atme hablan del olor de la escuela y del sudor de la comisaría, de la calle y del museo, de la plaza y de la oficina. Y de la votación cuando se pudo y cuando no, de esos lazos de amor con perfume hórrido (la escuela de la dictadura tiene lazos de amor con olor a jane y tinta rubia) invadiendo desde Artigas, y en nombre de Artigas, todas las feas linduras de lo público cuando fue nefasto. En el ensayo que completa estas fotos, Andacht refiere a “un modo de experimentar la sacralidad laica y épica del personaje ungido como fundacional para la historia de la nación”. Desanestesiar, desautomatizar, desajenizar, reposeer, reconcebir; ésos son sus verbos al contemplarlas. Y advierte sobre esta enfermedad perceptiva que es única y universal a un tiempo: “Diagnóstico probable: desaparición del prócer por saturación iconográfica”. Entonces invita a la ostranenie, concepto del teórico literario ruso Víctor Shklovsky. Volver a ver de nuevo. Ver por vez primera lo que ya tanto se ha visto. Y “recuperar la sensación de la vida” o “para que una piedra pueda sentirse pedregosa”, y para permitir volver a ver a Artigas “como algo que es percibido y no apenas reconocido, para volver los objetos extraños, para hacer las formas difíciles, para incrementar la dificultad y la duración de la percepción, para que así el proceso de percepción estética se vuelva un fin en sí mismo y deba ser prolongado”.

Prolongado… ¿Hay artistas, pintores, escultores, etcétera, hombres y mujeres, prolongando algo? Más allá de la réplica intervenida, en el museo o en la calle; fuera del chiste o la visita, lejos de la ironía, la cita, o la interferencia, ¿existe alguien capaz de buscar a Artigas para, sencillamente, reconsiderarlo? En una foto es un busto de Artigas, aunque no se repare, educando de vuelta o por primera vez a la idiosincrasia uruguaya: es portero y dice que no se adelanten, en ventaja e injusticia, por las filas del hombre. Debajo de sí, un Artigas querido, ya se ha dicho, pone así: “Portero”, en letras grandes, muy rectas.

Martín Atme también registró a un Artigas de “Informes”. Es decir, un busto de J G Artigas ha sido puesto, pétreo en la nuca floja, sobre un letrero erguido de “Informes”. Andacht dice para el caso que es un “prócer guerrero convertido ahora en un administrativo solícito”. Y están las fotos contrapuestas de Artigas por “Montevideo Gas”, díptico como todos, dividido en dos. En la primera foto falta su auxilio: se llevaron el extintor. En la segunda flama precioso, como si fuera fuego: “1) Artigas como el combustible de la nación, la figura que puede incendiar su imaginación; 2) Artigas como quien ha de ser sofocado, pues debe extinguirse de inmediato cualquier exceso, cualquier fogata de heroísmo posible”. Están, finalmente, los Artigas hurtados, los que ya no están más, ni en el cobre barato que se vende para vivir, o que se roba para vivir, o que se vive para robar… Es la Avenida de las Américas y es Artigas que no está: un despropósito extremadamente puntilloso. Vendrán los aerosoles sin gracia, los chistes consabidos y contemporáneos. Un nuevo jurado morirá y un gran artista fugará a otra tierra mientras se espera que matemos a Zanelli o que probemos con Ferrari.** 

*          El Padre Nuestro Artigas, de Martín Atme y Fernando Andacht. Estuario Editora, Montevideo, 2011. 63 págs.

**        Dice el historiador e investigador del arte Gabriel Peluffo Linari, en referencia al concurso por el cual, en 1911, tiempo después de la primera convocatoria internacional, fuera decidido el premio para Ángel Zanelli, para el Artigas que hoy está en la plaza Independencia: “El boceto de Zanelli –un escultor italiano que ya había hecho obra neoclásica muy monumental en La Habana, en el Capitolio– responde a esa idea italiana muy del fin de siglo, mezcla de simbolismo y neoclasicismo, pero muy enfático. Un Artigas que se lleva por delante al mundo, con una concepción del héroe muy omnipotente, un ser más allá de lo humano, sobrehumano, y de algún modo también universal, mientras que el Artigas de Ferrari –Juan Manuel, hijo de José Ferrari– era un Artigas idiosincrásico, voluntariamente contraído dentro del ámbito de la cultura rioplatense. El Artigas de Ferrari es casi ridículo, vamos a decir, para la mirada actual, y también para la que podía tener en parte aquella época. Porque si bien está sobre un pedestal de piedra, donde figura toda esta gesta artiguista que no tenía el de Zanelli, es un Artigas barroco, una escultura romántica con mezcla de simbolismo y de barroquis-mos. Pero el Artigas que culmina sobre esa cosa pétrea y monumental de Ferrari es un Artigas introvertido, que está sobre su caballito, humildemente sentado, casi con el rostro tapado por el sombrero. Es muy gracioso; la iconografía de Artigas no supo qué hacer con su sombrero. Y era el símbolo de jefatura de los blandengues… Pero parece ser un problema: unos lo cuelgan de un árbol, otros se lo hacen poner en la mano, debajo del brazo, o colgado del bastón, incluso. Y Ferrari se lo encaja, y se lo encaja de tal manera que Artigas termina pareciendo un curro andaluz”.



Más notas de El Padre nuestro Artigas:

En El País Cultural, el 19 / VIII / 2011: http://www.elpais.com.uy/suplemento/cultural/el-procer-invisible/cultural_586817_110819.html

Entrevista con Emiliano Cotelo para El Espectador, el 7 de junio de 2011: http://www.espectador.com/1v4_contenido.php?id=214031&sts=1

En el diario El País, el 29 de mayo de 2011: http://www.elpais.com.uy/suplemento/ds/-des-ajenizando-al-procer/sds_569242_110529.html

Entrevista con Gerardo Carrasco para Montevideo.comm, el 16 de junio de 2011. http://www.montevideo.com.uy/nottiempolibre_140643_1.html




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